Aunque soy relativamente novicio
en el evangelio (poco más de 4 años), he escuchado en repetidas ocasiones la célebre
frase y sus multiformes presentaciones; “yo no puedo, ya estoy muy viejo(a)”, “Yo
tengo mete de teflón”, “Es que a mí no se me quedan las cosas”, etc.
Generalmente la gente adulta y de
mayor edad es la que se escuda en este paradigma cristianoide, que no es
posible aprender más textos de la Biblia o sus respectivas citas, sin embargo
los jóvenes también resultan víctimas de estos paradigmas que han atormentado a
laicos, jóvenes o veteranos e incluso ministros.
Debo decir que todos tenemos la
capacidad de memorizar textos y sus respectivas citas, no importando edad, ni
preparación intelectual. Como ejemplo de esto debo decir que la memoria es una
función fascinante del cerebro, pues mi bisabuela a sus casi 100 años podía recitar
a la perfección el salmo 23, y creo haberle oído recitar el 91 y el 27.
El cerebro además de ser un órgano,
funciona también como un músculo, y cual músculo debe ser ejercitado. Debido a
eso eruditos, estudiosos, acostumbrados a vivir con los libros y la información
suelen dar la impresión de poseer una memoria increíble, pues han entrenado sus
cerebros constantemente. Pero no crea que usted tiene que pasar por los mismos
martirios intelectuales para ser capaz de memorizar textos.
Evidentemente hay personas más
capaces que otras. Hay personas a las que Dios dotó de un intelecto sobresaliente,
pero eso no significa que todos los demás mortales estemos impedidos para
aprender, eso sí, lo que para los “genios” es sencillo, a muchos de nosotros no
va a costar tiempo, esfuerzo, dedicación y disciplina. Todos podemos memorizar
textos, solo que la mayoría de nosotros nos tendremos que esforzar un poco.
Con estos dos últimos párrafos pretendo
señalar, que al principio, memorizar será difícil, pero cuando nuestra mente se
ejercite, será cada vez más sencillo, entre más sepamos, más fácil será
aprender. Y si te queda duda de saber si tú puedes aprender textos, intenta
recordar el salmo 23, estoy seguro que muchos cristianos no saben ni como llego
ese salmo a sus cerebros, yo, sinceramente no recuerdo cuando me lo aprendí.
Si tú puedes mencionar un número
telefónico, el nombre de un amigo, de una película, el Titulo de algún libro,
el nombre de algún equipo de futbol, eso es evidencia de que puedes almacenar
información en tu mente. Lo más difícil es creer que tu también puedes
aprender, memorizar y recitar textos completos con sus respectivas citas.
Es muy común que algunas personas intenten
memorizar algún versículo pero fracasen en el intento debido a que no saben cómo.
Si a mí me dijeran que debo preparar lasanga (lasaña), pueden estar seguros que
no lo haría bien, es posible que se me queme, o que quede cruda, o simplemente sepa
mal. Yo les traeré recetas para que todos puedan memorizar textos.
Bendiciones.
Bendiciones.