lunes, 6 de abril de 2015

Método básico de memorización

Posted by Unknown On 4/06/2015

El siguiente es un método muy sencillo para las personas que aprenden predominantemente de forma auditiva y visual. Cabe mencionar que los métodos no son mutuamente excluyentes y existe la posibilidad de utilizar un hibrido que nos funcione mucho mejor.

Este método consiste en escribir el texto que nos queremos aprender en una tarjetita de cartoncillo o las llamadas fichas bibliográficas en blanco. En la esquina superior izquierda escribimos la cita bíblica, luego el texto en el centro, y debajo la cita bíblica nuevamente.  La tarjetita quedaría como la siguiente:


Es muy impórtate asegurarnos que escribimos correctamente el texto y escribimos la cita bíblica correcta. Después de haber memorizado algo es muy difícil corregir el error, así que cuando memoricemos algún texto debemos asegurarnos de hacerlo bien a la primera. No hay nada más desagradable que memorizar un texto con una cita que no es, o saber el texto con palabras de más o de menos.

Una vez escrito en la tarjeta leeremos el texto en voz alta las veces necesarias, repitiendo la cita antes y después del texto, dado que para muchos es un poco complicado hacer la relación entre una cita y determinado texto. Después de leerlo las veces suficientes, trataremos de decir la cita y el texto sin ver la tarjeta; si llegamos a olvidar alguna palabra o confundirnos, solo leeremos la tarjeta otra vez para recordar.

Así lo haremos hasta poder recitar la cita y su respectivo texto satisfactoriamente, después de cada cierto tiempo, cada hora o cada dos horas trataremos de recitar el texto sin ver la tarjeta, si llegamos a olvidar algo la tendríamos que leer nuevamente.

Se recomienda una tarjetita como esa para poder llevarla con nosotros todo el día y poder hacer esto cada cierto tiempo, después de intentar recitar el texto las veces necesarias durante el día, esperaríamos haber memorizado el texto satisfactoriamente. Yo recomiendo ponerle la fecha al reverso a cada tarjeta y guardar las tarjetas para después poder refrescar nuestra memoria si se nos llega a olvidar alguna palabra o la cita de algún texto.

Existe algo llamado la curva del olvido lo cual es una ecuación que describe la intensidad del recuerdo en función del tiempo, después hablaré acerca de esto. Por ahora simplemente diré que (como es lógico) con el tiempo las cosas se nos pueden olvidar, para evitar que un texto se nos olvide hay que recitarlo continuamente, al menos unos días después de haberlo aprendido, depende de tu memoria. Algunas personas con dos días pueden hacerlo otros necesitan hasta semanas. Para eso son las tarjetas, para tener disponibles los textos y sus citas cuando los necesitemos.

sábado, 4 de abril de 2015

Siempre se empieza por aquí

Posted by Unknown On 4/04/2015


Es un hecho que las personas  somos diferentes, y hemos aprendido que eso continúa vigente incluso en la forma en la que nuestros cerebros organizan la información, es imperioso tener autoconciencia de nuestras fortalezas, debilidades, de nuestras inteligencias y de la manera en la que aprendemos. La ignorancia de estos aspectos puede frustrar el proceso cognitivo, en cambio, un concienzudo examen de nuestras cualidades intelectuales (las mencionadas anteriormente) puede potenciar el aprendizaje a su máximo exponente.

En el aprendizaje, como en casi cualquier aspecto de nuestra vida, es necesario un sistema. Todos los que han asistido a la escuela estarán de acuerdo, que existe un horario de clases que rige la hora de inicio, las frecuencias a la semana, los libros de texto, etc. En el trabajo también hay un horario que rige a todo empleado, un jefe y unas reglas que determinan el rumbo y la sana convivencia entre los empleados, empleadores, clientes a intereses de la compañía.

Si nos ponemos a pensar, la mayoría de nuestra vida se rige por un sistema directriz que nos ayuda a preservar el orden. Incluso los semáforos y las leyes de tránsito son un sistema que nos permite regular la vialidad, si vamos en una autopista de alta velocidad o en una zona escolar (donde en México no podemos rebasar los 30 Km/h). Si trasladamos esto al aspecto bíblico, algunos de los más letrados pueden estar leyendo la Biblia como en una autopista, muy rápido, leen mucho pues a eso están acostumbrados, pero hay personas que o leen muy poco o no leen, me atrevo a decir que están estacionados.

Estos sistemas rectores de los que les hablo son aliados fieles tanto en nuestra lectura como en la memorización de textos, incluso en oración. Existen diversos métodos para leer la Biblia, ya sea 3 capítulos diarios o 15 capítulos diarios, el sistema depende de las posibilidades actuales de la persona (las cuales pueden mejorar). En el ámbito de la memoria, el sistema determinado de igual manera tendrá que estar en función de las capacidades de la persona. No queramos correr y aprendernos el libro de Hebreos de memoria en primera instancia (lo cual es perfectamente posible, pero irracional si queremos empezar por ahí nuestro hábito de memorización).

El sistema lo puedes elaborar tú, solo determina la frecuencia de memorización; es decir, 1 versículo al mes, cada dos semanas, cada semana, cada tercer día, cada dos, cada día o incluso con mucha practica y los métodos correctos puedes memorizar hasta más de 1 versículo diario.

Algunos de los planes de memorización que existen son los siguientes (obviamente la efectividad depende de la eficiencia del método. En los siguientes planes se consideró un método genérico relativamente eficiente).

Plan A: Memorizar  1 versículo cada 2 semanas; 26 versículos en 1 año.

Plan B: Memorizar  1 versículo cada semana; 52 versículos en 1 año.

Plan C: Memorizar  2 versículos cada semana; 104 versículos en un año.

Plan D: Memorizar 1 versículo cada 2 días; más de 182 versículos en un año

Plan E: Memorizar 1 versículo cada día; 365 versículos en un año


Estos son sistemas de memorización que nos ayudan a hacer de esto un hábito en nuestra vida, pero los sistemas son flexibles; por ejemplo, si hay un concurso de textos en tu iglesia y tal concurso es en un mes, puedes elaborar tu sistema temporal de un mes en el cual trates de memorizar tres versículos diarios y esto te permitirá memorizar cerca de 90 textos en dicho mes, y sin duda ganar el concurso.

Se sobreentiende que nosotros no memorizamos la palabra para levantarnos el cuello con la cantidad de conocimiento bíblico que poseemos ni estudiamos para ganar un concurso, sino para que la palabra de Dios habite en nuestro corazón y en nuestra mente, para disponer de ella en cualquier momento aunque no tengamos una biblia en mano, para que el espíritu santo nos la recuerde en el momento necesario y para ser transformados  por medio de la renovación  de  nuestro entendimiento.

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